martes, 13 de junio de 2017

De hacer y no hacer

Haciéndolo bien, sale todo mal.

Pero si lo haces mal, sale todo peor.

Así pues, lo mejor es procurar hacerlo bien y estar abierto a correcciones.

El problema es que las correcciones -y no digamos ya los errores- están penalizadas, así que la gente acaba poniéndose de perfil a la mínima, y en las empresas o instituciones ocurre a todos los niveles de decisión. Así es muy difícil avanzar.

La solución fácil es no hacer, sobre todo cuando tus circunstancias te permiten adoptar tal postura, por ejemplo cuando eres funcionario de una institución vieja, tóxica o fuera de control.

Pero no: no por miedo a los gorriones vamos a dejar de seguir sembrando.

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