jueves, 28 de abril de 2016

martes, 26 de abril de 2016

Jucha y todas las fotos que caben dentro

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Jucha cabuérniga. Es probable se utilizara como papelera, es decir, para guardar documentos.

Detalle del modo como ensamblan las piezas, asombroso:



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Para jugar:



En repisa de portal de Renedo.

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Lo que importa.

En el cuartu del portal anterior.

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Piedra de dintel reutilizada. En Renedo. También lo hemos visto en la pared de una huerta de Valle.

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En Bárcena Mayor vimos aquí que el sogueado que recorría el perfil del balcón (en este pueblo ya se dice correor, como en el Nansa) tenía dos direcciones y lo interpretamos como un error.

Pero en Casar de Periodo hemos fotografiado un balcón donde el sogueado cambia de dirección a cada poco, lo que nos hace pensar que en realidad se trate de un recurso estético.



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Lo que se llama en el Nansa y cuenca alta del Saja correor de cristales. Son posteriores al balcón o correor. Nunca lo cubren por completo. La entrada solía ser por el propio balcón, como se puede apreciar en las fotos, con independencia de que también se pudiera entrar por dentro. Se hacían, nos cuenta Apa, para que las personas mayores pudieran tomar el sol. Influencia urbana, tal vez (no sabemos si santanderina, reinosana o de dónde), pero adoptada siguiendo claves internas.

Los cristales antiguos se dice que jacen aguas, es decir, que tienen textura, una textura parecida a cuando corre el agua por ellos. No es el caso de los cristales de la foto. Pero hay una casa en el mismo barrio de la foto, La Castañera se llama, que sí los tiene. No hice fotos. Son cristales todavía relativamente fáciles de encontrar.

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En el portal de esta casa:



Barrio La Castañera, Renedo.

Es probable que el portal de esta casa sea posterior al del resto de estas características que conocemos. Apunta Apa que es probable que la casa se recreciera pero que quedara muy expuesta, lo cual condujo a sus propietarios a añadir el portalón, que parece uno de primera generación, pero que, caso de estar en lo cierto, se trataría de un portalón que recuperaría una solución que el recrecimiento de la casa había dejado, hipotéticamente, sin resolver. Este portalón es, en definitiva, una vuelta atrás motivada por una necesidad que el recrecimiento no llegó a solucionar.

Podemos inferir que las evoluciones arquitectónicas, al menos por lo que respecta a la arquitectura montañesa, son funcionales: si no funcionan, se corrigen o directamente no se aplican.

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Adaptando el jisu esquineru, en Renedo.

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El origen del balcón es controvertido. El balcón de esta casa gótica de Renedo es moderno. Parece proceder no del bocarón, como había creído en un principio, sino de la antigua sala de arriba. Los balcones que conectan con esta sala suelen aprovechar la vargareta que remata el cuartu del portal, pero éste no es el caso: el balcón aquí asoma directamente, sin apoyaturas ni excusas (quizá debido a su modernidad). Hay otras opciones, no excluyentes entre sí, por ejemplo la que apuntaba para esta casa, equivocadamente, en la anterior versión de esta misma entrada, el bocarón como origen del balcón (digo equivocadamente porque el bocarón se puede apreciar que está al lado del balcón). Por eso hablamos de poligénesis del balcón en Cabuérniga. Y hacerlo supone hablar de una necesidad (que desconocemos) satisfecha por un elemento (el balcón o correor) al que se llega de muchas maneras posibles (desarrollo de sala, desarrollo de pajareta, desarrollo a partir de bocarón, etc.)

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Casa llana o baja en Casar de Periedo.

Aquí tenemos cuartu del portal y ocupando el espacio que en otras casas hemos visto destinado al balcón, una prolongación del soberáu. ¿Cómo interpretarlo? De alguna manera esta casa nos está marcando una relación por aclarar entre soberáu y balcón.

lunes, 25 de abril de 2016

En Viaña (Cabuérniga), ayer

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Dibujo geométrico en puerta de casa de Viaña.

Detalle:



La casa es ésta:



Es azul del saltu.

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Maceta.

Que no está.

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Antiguo bar de Viaña:



El bar no "estaba" en el balcón: "era" el balcón. Se aprecia el mostrador al fondo. El acceso era directo desde un camino que comunica con la puerta de la iglesia.

Desde el portal (con esos dobles postes tan de la cuenca alta del Saja, y sus agujeros y muescas para potrear la madera):



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Coloños de tarmaos.

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Viaña sufrió un incendio en 1876 que arrasó el pueblo.

Pongo a continuación fotos de casa reconstruida que quedó a medias:





Intento de solana con dujos al pie:



Un paisano, o sea, un vecino del país, apuntó como prueba de que la casa era un aborto que "ni siquiera tien cuadru", o sea, que las vigas apoyan en muros de carga, algo que en el valle se toma como ajeno, por mucho que en los libros se diga lo contrario.

Pongo a continuación foto de resto de cuadru aparecido al tirar una casa en la carretera general de Cabezón de la Sal:



Todavía en un reciente capítulo de Eloy Gómez Pellón, catedrático de antropología en la UC, se dice, siguiendo al arquitecto Ruiz de la Riva, que es de Cabezón de la Sal y vive en Mazcuerras, que una de las características de la arquitectura montañesa son los muros de carga: no.

No porque la realidad material lo desdice y no porque los paisanos lo niegan. No hay más pruebas, señoría.

jueves, 21 de abril de 2016

Pregnancias

Dintel:



Detalle:



En la casa de enfrente:



En Casar de Periedo.

Tras la pared de la puerta con el dintel se halla una de las mayores sorpresas que me he llevado en la vida. La ha descubierto Raquel, claro. En breve.

lunes, 18 de abril de 2016

Aquí está todo



Lamiña, ayer.

Cimientos, picaporte, jastial, cierre y sombra

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Cuando se puede se procura construir sobre castru, es decir, sobre afloramiento de roca madre.

Las siguientes fotos están tomadas dentro de una cuadra en ruinas en Caviedes:



Piedra sobre castru.



Madera apoyando en castru.

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Picaporte en una casa antigua de San Vicente de la Barquera.

Este mismo motivo se encuentra en las cuatro esquinas de las andas o paso de la Virgen de la Barquera.

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Casa con jastial de piedra careáa en Caviedes. Este tipo de paredes son propias de casas antiguas, las más.

En la parte alta, a la altura del cumbre, se aprecia el revocu original, hecho con barro y cal. Está oscurecido por efecto de la lluvia. De no haber estado tan expuesto se mantendría blanco.

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Cierre sutil. Caviedes.

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Sombra.

El balcón es de cristal.

Calle San Simón, Santander.

domingo, 17 de abril de 2016

sábado, 16 de abril de 2016

Barniz de abarca

El VI Encuentro de Esles de Cayón, celebrado en 2014, se dedicó a la memoria de Julio Caro Baroja. Las actas las publicó el año pasado la editorial La Huerta Grande. El libro está a la venta por veintiún euros. Se encuentra en la BCC, pero debido a las condiciones impuestas por la editorial no se puede sacar, solo consultar en sala, y en la biblioteca no está permitido hacer fotocopias. Hemos tenido que comprar el libro, que es de lo que se trata, supongo.

Gomarín firma el capítulo titulado "Una imagen perdida del mundo: Hacedores de lo necesario", dedicado a abarcas. Es de lo poco que tenemos sobre este tema. Suyo es también Madera para calzar, catálogo de una exposición organizada por la UC en 1993 muy difícil de encontrar.

Copio del capítulo de Gomarín lo siguiente: "El final del proceso llega con el barnizado de la parte externa. Antiguamente se ahumaban, se teñían con tinte extraído de la cocción de cortezas de diversos árboles, principalmente la corteza verde de aliso para pintarlas de encarnao, y también se tostaban al fuego impregnadas de calostros, que daban a la madera correa y un gracioso tono [el autor no dice cuál, quizá por no saberlo]".

El pasado fin de semana, de camino a La Folía, hicimos Raquel y yo parada en Caviedes. Haciendo fotos a una escalera vimos un par de abarcas de varón en el cubil. El dueño nos dijo que las había hecho un antiguo abarqueru del pueblo llamado Quico, del barrio de San Pedro. Se las pedimos y nos las dio. Nos aseguró que tenían más de sesenta años. Las de mujer las echaron a la lumbre hacía poco. Mañana se las enseñamos a un abarqueru y estudioso.

Ya en casa las limpiamos y apareció un color avellana precioso. No sabemos cómo tratar la madera sin que este barniz tan sutil, tan valioso, se vea afectado. He buscado y no he encontrado nada al respecto. El Gobierno de Cantabria debería tener cubierto este frente, no importa cómo, si encargando un estudio al METCAN, al CIMA, a la UC, publicándolo en Altamira, sacándolo en digital para ahorrar costes, como sea: si se aplica mata polilla o barniz químico, que es lo habitual, acabamos con todo rastro de barniz original, que no es lo más, pero sí tan valioso, al menos, como todo lo demás.

La sutileza: respeto.

jueves, 14 de abril de 2016

Espaciu entermareal

Rimanició un tajurón
enos arenalis
de Sanander
estazáu.

Perros en sacos
d´estameña
ataos
polas patas
astrando las arenas.

Moruguetos
de algas
que las mareas
esnortiáas
polos súper puertos
escastarin
y arrastrarin
al sabli.

Palés
neumáticos
sirias de cristal
tresparenti
verdi
coloráu
botis
de pintura
botis
que caltienin arumi a mar
soletos
d´espai
de zapatu de varón
de butín
rées arrulláas
boyas
de polixpán.

Una diapositiva.
Amiro
a contraluz:
el sol
escurez.

miércoles, 13 de abril de 2016

Crítica bilingüe a la exposición de Rucabado en la BCC

Entardahier estuvi echando una estáa na desposición de Rucabado ena BCC de Sanander.

Nu juí p´adivinar el discursu desplicativu de la desposición. Estuvi poca tiempu, reconózolo, pero es que se trata de una desposición tediosa por encomprensibli. Por riba, apenas hay cartelis de acanci general; por baju, las cartelas de las piezas tan desiquiá dicin cúal es la sú procedencia. La sala está combláa de decumentos, pero esajenáos. Esti vacíu, esta despropiación d´elementos enterpretativos básicos (porque nu es que nu estén, es que no los han puesto) cudo esté relacionáu con una rienti anglosajona autual que diz nu querer entrometesi enti la pieza y el visitanti, al que dejan a la balda.

Paez estar entarajiláa pa sabichosos, la desposición.

El visitanti es mejor que venga diprindíu de casa.

Surdi, asina, una desposición a buscu de recunocimientu más que de cunocimientu, inclusin a buscu d´auturrecunocimientu anantis que de cualisquier otra voluntá: ¿Auturrecunocimientu de quín?, pudríamos priguntamos. Pos de las élitis a las que pertenicía l´arquiteutu ensembri las élitis a las que pertenicían los sús clientis y las élitis, a la fin, a las que pertenez el públicu objetivu d´esta desposición, que, trela visita, cumprindí nu ser yo.

Pero abramos los ojos: que salga de una desposición creendo que nu está jecha pa mí nu senifica que nu sea pa sacar denguna otra conclusión. Y cuantis más propia, mejor.

Mudo:

Sentirse miembro de un grupo o clase social, también por lo que respecta a las élites, o sobre todo, implica sentirse ajeno a otros grupos o clases. Este sentimiento bifaz, de pertenencia / no pertenencia, se construye en gran parte por oposición, a la contra: soy porque no soy.

Una exposición con discurso elitista se preocupa tanto de hacer sentir bien a unos como de hacer sentir mal a otros, de acoger a unos lo mismo que de expulsar a otros. Ahora bien, de mi depende que el sentirme expulsado o repelido, como ha sido el caso, lo asuma de forma acrítica desde el discurso elitista (no valgo, no sirvo, no llego ergo soy peor y por eso estoy peor), cumpliendo así su programa, o que trate de entenderlo de otra manera. ¿Cómo? Pues como un mecanismo de fijación de coordenadas vitales injustas por desiguales. Bien, pero vayamos a lo concreto: esta exposición me vende que la arquitectura neomontañesa nace de la mano de un "genio" que "rescata" soluciones arquitectónicas valiosas que entroncan con el clasicismo que la arquitectura popular ha degradado, transmitiéndonoslas, ésta, deformadas, las soluciones de entronque clasicista, digo, por culpa de la ignorancia del pueblo. El "genio", con una extracción social obvia, toma estos elementos "pervertidos" por el pueblo y los reinterpreta de acuerdo con las coordenadas de las élites (hálito de vida) devolviéndoles no solo el valor arquitectónico perdido a manos ignorantes, las del pueblo, sino sentido: el que reside en las élites.

Si la familia Botín acaba de comprar una casa neomontañesa en Reina Victoria por algo será.

¿Qué me queda?

Por fortuna manejamos una batería de ideas y de constataciones, en parte recogidas en este blog, que a poco que se activen son suficientes para echar por tierra el discurso dominante que traslada esta exposición: la diferencia entre solana y balcón, la poligénesis del balcón, las corraliegas y el antozañu, etc. Haced uso del buscador, si queréis. La arquitectura montañesa es sabia. El grado de desarrollo alcanzado de acuerdo con parámetros de respeto y adaptación a su entorno, parámetros de futuro (se concreten como se concreten) ajenos a la lógica predatoria de las élites, es asombroso. La arquitectura montañesa no es objetivamente una degradación de nada ni es comparativamente menos que otra cosa.

Si frente al discurso dominante claudico de forma acrítica estoy completando el discurso dominante, decía al principio. Frente a este discurso (cuya apariencia neutral es un gancho) podemos desarrollar una estrategia defensiva y decir que las élites mienten o que esconden intereses espurios, como he tratado de hacer aquí. Podemos desarrollar también una estrategia ofensiva y demostrar lo anterior, no solo decirlo, que es a lo que animo primeramente ofreciendo las entradas de este blog (y el buscador asociado). Pero seamos autocríticos: si lo hiciéramos, si peláramos a la contra (haciendo mío el título de aquella antología memorable de Bukowski publicada por Anagrama), de alguna manera estaríamos perpetuando una lógica bipolar en la que no deja de haber vencedores y vencidos, no importa quiénes sean unos u otros. ¿De qué serviría, entonces, el esfuerzo? La clave está en que no haya arriba y abajo, no en quitar a unos para poner a otros.

El objetivo no es hacer ver que la arquitectura montañesa es mejor que la neomontañesa. Yo lo que persigo es que la arquitectura montañesa muestre su potencial ideacional y sirva de guía para el desarrollo de un discurso dotado de sentido pleno por sí mismo, sin necesidad de oponentes. Puede valernos como puntos de toma el origen del balcón, fruto de una concatenación de decisiones internas, o la corraliega, que es solidariamente en lo que la rodea. Podemos ser ofensivos o defensivos, llegar a ser por lo que no somos, o, por el contrario, podemos elaborar, como la arquitectura montañesa permite, un discurso que tome medidas a la realidad y avance sin palos ni zanahorias, siendo. La arquitectura montañesa puede ser punta de lanza de un discurso no reactivo, ni defensivo ni ofensivo, sino original (de origen), nuevo. Está ahí. La oportunidad. Preguntad. Preguntaos.

domingo, 10 de abril de 2016

viernes, 8 de abril de 2016

P n

Nos hacen creer ciegos.

Pero es por lo que nos ocultan.



Foto tomada ayer en el barrio Maliaño de Santander.

Ola de cieno



Camargo, 1902.

La imagen está tomada de una página de compra venta de objetos de colección.

Clicando sobre ella se hace más grande. Recomiendo su lectura.

jueves, 7 de abril de 2016

Believe



Foto tomada en la calle 2 de mayo de Bilbao.

"Música de España y América, un fenómeno de transculturación", curso

Grandísimo curso impartido por mi admirado Jesús Ferrer Cayón en la Fundación Comillas, aquí.

Corto y pego párrafo de programa: "Temáticas como villancicos, danzas y folías criollas; la cantada española en América a través de los archivos del barroco musical en la Catedral de Guatemala; las danzas populares latinoamericanas y africanas; el teatro musical en España y en América Latina; las obras de Isaac Albéniz, Manuel De Falla, Xavier Montsavatge o Joaquín Nim, entre otros; el exilio musical español en América: Falla, Bal y Gay, Halffter y Salazar; o los afro-iberoamericanismos musicales: tangos, habaneras, milongas, coplas, boleros, bossa nova, rumbas y flamencos, son los escogidos para analizar la evolución de la música en ambos lugares y su influencia en el idioma."

Jesús Ferrer es autor de una tesis excepcional sobre el Festival Internacional de Santander, su relación con el franquismo y otras derivadas, tesis que a pesar de su calidad no se ha publicado por haber sufrido censura (aunque el autor no lo quiera decir por la discreción que a mí me está faltando). Disponible en bruto en el repositorio de la Universidad de Cantabria (UCrea).

miércoles, 6 de abril de 2016

Lo que diferencia "echar una tonáa" de "cantar una tonada montañesa"

"Pregunta.- Tu amigo Víctor Lenore, para el que has escrito el prólogo de su libro Indies, hipsters y gafaspastas, se queja de que el indie se regodeaba en la melancolía. Te he leído que destacas una frase de Dylan que dice que el bluesman blanco está cómodo con su sufrimiento, que está a gusto de llorón, mientras que el negro si toca blues es precisamente para sacarse el sufrimiento de dentro, no para saborearlo.

Respuesta.- Pasa lo mismo con el jazz. Son géneros que es muy peligroso tocarlos como si fueran un ejercicio de estilo porque acaban perdiendo toda la esencia. Recuerdo que en la época del indie esto pasó también con la bossa nova. Hubo un momento en que todos los grupos tenían su canción de bossa nova en los discos. Le Mans empezó con ello y todo el mundo se puso a aprenderse los acordes, hacían el ritmo, sacaban canciones, pero estaban todas desprovistas de saudade, esa cosa tan chula que tienen las canciones de Gilberto Gil o de quien sea. Con el blues fue lo mismo. Cualquier estilo que tenga un significado especial en el lugar donde fue originado es muy difícil reproducirlo en otro sitio alegremente. Si tomas algo del blues, hazlo, pero con cierto respeto. Con el jazz igual, ves a muchos músicos blancos que lo hacen muy bien, pero no hay alma."

Tomado de la entrevista a Nacho Vegas publicada aquí.

Dice un amigo cabuérnigo que la tonada montañesa que se canta ahora sobre los escenarios a él le parece impostada, como si fuera cosa de tenores venidos a menos y no de paisanos. No sé en qué momento se produjo esta quiebra, en qué momento perdimos el alma.

domingo, 3 de abril de 2016

La narratividad

No es quien controla los medios

ni siquiera los medios de producción,

es quien controla los tiempos verbales.

Midiendo distancias temporales

Tengo tres cuartos de hora.

En estos tres cuartos de hora me tiene que dar tiempo a pasar a limpio las propuestas de corrección de un artículo.

Busco Rock transgresivo de Extremoduro, que dura poco más de treinta minutos, y lo pongo como referencia: cuando termine, cierro.



Mi abuela rezaba tres ave marías para cocer un huevo: cuando terminaba, lo sacaba.

Las necesidades son comunes al ser humano. Lo que varían son los satisfactores.

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