jueves, 21 de enero de 2016

Sin título ni nombre

Estoy contando a Raquel en un bar del barrio que esta mañana he estado en una reunión con, entre otros, un alto cargo nombrado recientemente por el PSOE, joven, que no ha levantado los ojos del móvil durante qué, a lo mejor dos horas, cuando ha entrado un señor que se ha llegado hasta la mesa del fondo como si buscara a alguien, que ya veía él que no porque no había nadie en las mesas, ha pivotado en la que está pegada al baño, la última, y ha salido cogiendo a la remanguillé una tapa de la barra, salchichón: está cojo y me dice Raquel interrumpiendo nuestra conversación que si se vio obligado a dejar su trabajo de joven es probable que le haya quedado una pensión ridícula.

Está canino, añade.

Es cierto que parece un gorrión. La muleta es para posarse.

Me ahorro decir a Raquel que de vuelta al despacho busqué el perfil del alto cargo en internet y, efectivamente, no soltó twitter en toda la reunión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Raquel participó en la conversación o interrumpió tu monólogo. Hubiera interrumpido vuestra conversación de haberte dicho que callaras y callando ella también. :D
Saludos.
H.

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