lunes, 28 de diciembre de 2015

Incendios



Ya veo que todo el mundo está cargando o que lo hará pronto contra los ganaderos por la oleada de incendios que estamos padeciendo.

Pido por favor que se estudie con calma lo que está pasando.

Nuestra ganadería extensiva necesita pasto fresco en primavera a media ladera antes de subir las vacas a los puertos altos en verano. Esta hierba fresca se ha asegurado tradicionalmente mediante quemas producidas entre febrero y marzo, época de viento sur y vegetación seca. De hecho, el fuego es parte inherente de nuestro paisaje: de él proceden, por ejemplo, las "bustas" (término emparentado con "combustión"). Las quemas estaban perfectamente controladas por los vecinos hasta que se prohibieron. Las quemas lejos de desaparecer se siguen produciendo pero ahora sin control alguno.

¿Son las quemas, descontroladas o no, innecesarias, aún más, son perjudiciales para el fin que persiguen? Si es que sí, que se explique por lo menudo, y que se den alternativas.

Es el momento. Ahora el foco está puesto en este tema. Es el momento de resolverlo.

Pero por encima de la oportunidad mediática, es el momento de meter mano a este tema aprovechando que las quemas están mutando. Qué mejor momento para cambiarlas que cuando están cambiando. Corregir el tiro, que se dice.

Visto está que yo no creo que deban desaparecer. Mi opción es la difícil: corregirlas.

Respecto a los cambios que apuntaba antes, cambios que representan a mi modo de ver una oportunidad para corregir y mejorar, destaco los siguientes:

Están cambiando las fechas porque las condiciones climáticas que antes se producían en febrero y marzo se están produciendo ahora, en diciembre y enero. Este cambio en el calendario se debe a que las quemas se están adaptando al cambio climático. Son los ganaderos nuestros primeros intérpretes del nuevo marco que fija el cambio climático. Por esta vía abierta se puede intentar convencer a los ganaderos de la necesidad de introducir cambios en positivo: frente al descontrol de la naturaleza (bien es cierto que provocado por el hombre) es necesario implementar nuevos mecanismos de control puramente antrópicos (no basta con abandonarse a los flujos del viento sur ahora que éste se ha salido de sus casillas) que deberían liderar profesionales del fuego, verbi gracia, bomberos.

Está cambiando el móvil de las quemas. Tengo para mí que un ganadero ya no solo quema para obtener pastos frescos en verano a media altura, sino en previsión de futuras oportunidades de negocio: cuánto más rentable un terreno quemado, arrasado y reconvertido en suelo listo para edificar que una finca o un castañar, según la lógica depredadora que promueve la última reforma de la ley de montes impulsada por el PP. No podemos culpar de esta transformación de la tierra en suelo al ganadero. De hecho, la quema descontrolada del monte es solo una pata más del banco. El abandono de la trashumancia por parte de los pasiegos promovida por los poderes públicos (hay alcaldes promotores de viviendas en las villas pasiegas) y la puesta en venta masiva de su patrimonio arquitectónico es un ejemplo más. Otro la quema reciente de una hilera de casas montañesas en Correpoco de valor incalculable, de las más antiguas, madera y piedra, para hacer un hotel... que nunca llegará a construirse. Los ejemplos de este cambio de mentalidad (de terreno a suelo) son incontables. Hay que controlar, pues, a los depredadores.

Hay que controlar la desesperanza que se ha instalado en los pueblos.

Hay que controlar la desconexión de los paisanos con su entorno, hay que facilitar que intervengan en la toma de decisiones que afectan a sus vidas: es fundamental reactivar los concejos o poner en marcha mecanismos que hereden su lógica.

Hay que controlar la primacía de una concepción del medio puramente natural, olvidando a las personas que viven en él, y que en cierto modo lo explican, concepción (el Parque Natural de Picos de Europa como primer hito) que está triunfando entre las élites que dominan en solitario, autistas, onanistas, los resortes del poder (este punto está en relación directa con el anterior).

Hay que hacer tantas cosas...

Hay que ir más allá de la solución fácil, la punitiva, si es que ésta se puede considerar una solución, que a nada conduce, e intentar encontrar una solución real entre todos. Ahí está esperando gente válida en la UC, en el 112, vecinos... esperando para elaborar una propuesta razonable.

La gente de Podemos bien podría dejar de emitir mensajes en las redes sociales duros y descentrados, y tomar la batuta. Leo en su web informes y propuestas sobre distintos temas de interés general. Éste lo es. Merece el esfuerzo.

La foto, que no se me olvide, está tomada de un estupendo reportaje publicado por EDM digital.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues parece que los agentes forestales lo tienen muy claro:
http://www.yometiroalmonte.es/2015/12/28/colectivo-agentes-forestales-explicacion-por-que-arde-norte-espana/

Anónimo dijo...

El robledal que da nombre a este blog no se ha quemado por los bomberos.

Anónimo dijo...



Imaginemos por un momento que los incendios hubieran tenido como objetivo no el monte, sino, por ejemplo, antenas o repetidores de telefonía instalados en el monte. Podemos ir más allá e imaginar quemas de cajeros por ejemplo en Torlavega o Santander. ¿Cuantos detenidos habría ya?¿Habría habido un ataque y a la semana se habrían multiplicado? No creo, a los dos primeros ataques tendríamos un despliegue eficiente de la GC o la PN, controles, una investigación y ya habría varios detenidos (seguramente en prisión preventiva). Pero a día de hoy no tenemos nada de eso. Una cosa es que una acción punitiva no sea la solución al problema (en este sentido me parecen interesantes las reflexiones que haces) y otra que exista absoluta impunidad. Creo que quien provoca estos incendios debería ir a la carcel.¿Por qué no actúa con contundencia la justicia en estos casos?. Creo que hay una absoluta impunidad con este tema que no es tolerable.

Anónimo dijo...

Perseguir a los incendiarios sería impopular. Las subvencionos dan votos. Aunque Revilla y sus aliados (Podemos y PSOE) y la oposición digan con la boca pequeña que es un crimen y que hay que proteger el patrimonio natural, lo hacen con la boca pequeña porque saben que si se ponen a perseguir incendiarios tendrán a los pueblos cabreados.

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