viernes, 30 de octubre de 2015

Pluriempleo

Invernal de camino a Bejes aunque intuyo que pertenezca al pueblo de La Hermida, más abajo, enclavado en mitad del desfiladero:



Alguna vaca debe haber todavía.

En la pared más soleada se adivinan colmenas.

Tiene el espacio cercado con pared antigua, invadida de musgo, y cinta reluciente.

Estas cintas no sé si dan calambre, nunca me he atrevido a tocarlas. De pequeños jugábamos a tocar el pastor eléctrico, el de entonces, el metálico, a ver quién aguantaba más. A mí es un juego que nunca me entusiasmó.



Fijaos que la cinta está tendida justo antes del macizo de flores que aparece en primer término.

El ganadero y apicultor es también floricultor.

La cinta está protegiendo a las flores de las vacas.

En la puerta del invernal, un crucifijo pintado de azul como la puerta pintada de azul como el cielo, un crucifijo que sabe estar, como todo en este invernal, donde nada se impone, aquí.

1 comentario:

Y0 dijo...

Autosuficiencia, polivalencia, adaptación al medio, humildad. Jardineros del monte. Paisano, habitante del paisaje.

El futuro... pagar por habitar y recuperar todo lo que de alguna forma tiene que ser.

__
Y0

Archivu del blog