domingo, 18 de octubre de 2015

Juchos

Hace tiempo di noticia de los juchos del occidente cántabro, aquí y aquí: una especie de espadas de hierro forjado que todavía no sé muy bien qué uso tenían.

Pongo foto de colección nansa:



Uno:



Hay quien dice que se utilizaban para dar la vuelta al pan en el horno, otros que como arma o instrumento de caza, otros que si era un asador... Es probable que nacieran con un uso definido que desconocemos pero que se mantuvieran en el tiempo en calidad de herramienta polifuncional. Hoy los juchos están del todo jubilados: se recuerda su nombre autóctono de milagro.

Fuera de Cantabria, Raquel y yo encontramos el fragmento de uno a la venta en un mercadillo de Bilbao. Otro en el Museo Vasco de la misma ciudad. El del museo era de Zeanuri y se utilizaba para marcar las orejas de las ovejas. Su nombre: burtzinkoa, traducido como "atizador". Otro más en el caserío guipuzcoano Igartubeiti: aquí está musealizado como asador de carne.

El Museo Arqueológico Nacional propone un itinerario que comienza con un espacio dedicado a explicar qué es la Arqueología. Una vitrina se ocupa de "los ritos para los muertos" y otra de "los ritos para los vivos". Entre éstos se encontraban las "parrilladas" rituales. En la vitrina, uno de estos espetos:



El del caserío y el de esta primera vitrina madrileña difieren de los cabuérnigos y nansos. Aquéllos son de hoja más fina y alargada.

En otra sala del museo se explica que los griegos utilizaban estos útiles como moneda. De hecho obolo, la moneda griega, es el nombre que se da al juchu. Dracma es el haz de juchos. En una vitrina del museo se exponen juchos griegos en miniatura. Estas piezas son idénticas a las cabuérnigas y nansas. Algunas son del tamaño de mi meñique.

Foto:



¿Podría pensarse en una tradición paneuropea que tuviera en los juchos su piedra de toque? Los griegos habrían conservado no el útil pero sí su valor (óbolo y dracma) y vascos y cántabros habrían conservado, por su parte, el útil pero no su valor, no su significado.

Pasa como con los ojáncanos, nuestros cíclopes autóctonos: ¿por qué una influencia externa reciente? ¿Por qué no residuos, o islas, de una antigua tradición paneuropea? ¿Por qué nuestra tradición de la Juáncana de la cueva de Castillo ("¿Es lana? Lana es"), de la que informé aquí, tiene que ser una deformación del Polifemo de Ulises y no pueden ambas tradiciones, una oral (cántabra) y otra escrita (griega; de hecho con el Polifemo griego nace la literatura), estar hermanadas, pertenecer ambas a una misma tradición milenaria de alcance europeo?

1 comentario:

Serrón dijo...

He puesto foto de juchos griegos en miniatura del Museo Arqueológico Nacional.

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