lunes, 2 de febrero de 2015

Ganancia de pescadores

Creo ya haber dicho en otra ocasión que la participación de capital privado en iniciativas públicas es no sé si deseable pero estoy seguro que sí inevitable. Siendo conscientes de ello es mejor tomar cartas en el asunto e intentar que esta presencia privada en lo público sea positiva, es decir, que se resuelva como un negocio limpio: que la empresa gane (desgravación de impuestos) y que la sociedad también lo haga (siempre que el capital privado no condicione la iniciativa pública). Para que un negocio lo sea tienen que ganar las dos partes, en este caso empresa y sociedad. Si solo ganara una de las dos partes (empresa o sociedad) dejaría de ser un negocio para convertirse en un timo.

Es fundamental dotarse de una Ley de Mecenazgo para establecer las reglas del juego. Desconozco en su literalidad la propuesta que lanzó nuestro paisano Lassalle pero su espíritu me parece acertado. No importa si sí o si no, porque no se ha aprobado.

Que sigamos sin marco legal que regule la relación público / privada abre la puerta a los desmanes: a día de hoy, Botín puede plantar un mamotreto en medio de un parque de Santander o Lafuente ocupar un edificio que estaba destinado a un museo público sin que pase nada. Y es normal que no pase nada, porque ninguno de los dos, ni Botín ni Lafuente, está cometiendo un delito. Simplemente se aprovechan de los vacíos legales. Se aprovechan sea de forma consciente o inconsciente. No olvidemos que los dos son empresarios de éxito, y merecido.

Como soy de naturaleza confiada, estoy seguro de que las dos son iniciativas loables, el centro y el archivo, pero mal resueltas. Digo lo de mal resueltas porque a todas luces lo parecen. Legales, eso sí, pero fatalmente resueltas. La culpa no es suya, si me apuráis, de los empresarios, me refiero, sino nuestra, por no presionar a nuestros representantes para dotarnos de una ley que aclare los términos de esta relación público / privada, como decía, inevitable. También es cierto que estamos representados por unos políticos que miran más hacia arriba que hacia abajo y que desde arriba probablemente les hayan dicho que mejor este tema ni tocarlo, el del mecenazgo, no vaya a ser que los de arriba tengan que empezar a dar explicaciones, y eso no. Pero es especular demasiado por mi parte. Dejémoslo en que los ciudadanos no hemos sabido hacer ver a los políticos que es necesario regular la presencia de capital privado en entornos públicos.

Por ejemplo, el Archivo Lafuente. Se nos presenta como fruto de la bonhomía. Que esté revestido como empresa es porque de alguna manera tiene que cobrar cuerpo legal, nos dicen, y me lo creo. Tengo a Lafuente por buena persona. También por buen empresario. No es incompatible una cosa con otra, ni mucho menos.

He lanzado una búsqueda en la base de datos de la oficina de marcas y patentes, de acceso público, y resulta que el Archivo Lafuente tiene abiertas las siguientes líneas de trabajo:

CATALOGOS. FOTOGRAFIAS, FOLLETOS, CARTELES, POSTALES. GRABADOS, LITOGRAFIAS Y CUADROS. PUBLICACIONES, PERIODICOS, REVISTAS. ARTICULOS DE PAPELERIA. TARJETAS. ALBUMES, ALMANAQUES. PRODUCTOS DE IMPRENTA. ARTICULOS DE ENCUADERNACION. CLICHES. MATERIAL PARA ARTISTAS.

PREPARACION, GESTION Y CONTROL DE INVENTARIOS DE OBRAS DE ARTE. BUSQUEDA DE PATROCINADORES. SERVICIOS DE VENTA AL POR MENOR, IMPORTACION, EXPORTACION, PROMOCION Y REPRESENTACION DE POSTERS, GRABADOS, LITOGRAFIAS, CUADROS, ESCULTURAS O CUALQUIERA OTRA OBRA DE ARTE, ORIGINAL O REPRODUCCION, ASI COMO DE TODO TIPO DE PRODUCTOS SUSCEPTIBLES DE USOS PUBLICITARIOS (GORRAS, CAMISETAS, POSTERS, LLAVEROS), CON EL OBJETO DE LA PROMOCION Y DIVULGACION DEL ARTE CONTEMPORANEO. COMPILACION Y SISTEMATIZACION DE BASES DE DATOS INFORMATICAS RELACIONADAS CON OBRAS DE ARTE. VENTAS EN PUBLICA SUBASTA Y ORGANIZACION DE SUBASTAS, TANTO EN DIRECTO COMO A TRAVES DE INTERNET. ORGANIZACION Y DIRECCION DE EXPOSICIONES CON FINES COMERCIALES O DE PUBLICIDAD. PUBLICIDAD. DIFUSION DE MATERIAL PUBLICITARIO. PRODUCCION DE PELICULAS PUBLICITARIAS. REPRODUCCION DE DOCUMENTOS. RELACIONES PUBLICAS.

SERVICIOS DE RESTAURACION Y CONSERVACION DE OBRAS DE ARTE.

SERVICIOS DE ACCESO A BASES DE DATOS, EN ESPECIAL RELACIONADAS CON OBRAS DE ARTE Y ACTIVIDADES CULTURALES. SERVICIOS DE ACCESO A UN ORDENADOR PARA LA MANIPULACION DE DATOS. SERVICIOS DE TELECOMUNICACIONES A TRAVES DE REDES TELEMATICAS MUNDIALES. TRANSMISION DE MENSAJES E IMAGENES ASISTIDOS POR ORDENADOR. MENSAJERIA ELECTRONICA.

SERVICIOS DE MUSEOS. SERVICIOS DE EXPOSICIONES DE ARTE. DIRECCION DE EXPOSICIONES CON FINES DE ESPARCIMIENTO. ORGANIZACION Y DIRECCION DE CONCURSOS, CONFERENCIAS, CONGRESOS, COLOQUIOS, SEMINARIOS Y SIMPOSIUMS. EXPOSICIONES CON FINES CULTURALES O EDUCATIVOS. PLANIFICACION DE RECEPCIONES. PUBLICACION Y EDICION DE LIBROS, MANUALES Y TEXTOS. SERVICIOS DE EDUCACION, FORMACION Y ESPARCIMIENTO. ORGANIZACION DE ACTIVIDADES CULTURALES.

Está copiado y pegado tal cual.

Es una empresa pura y dura. Su detonante puede ser social, no lo dudo, su interés puede ser el de todos, seguro, pero lo cierto es que a efectos legales esta empresa es lo que parece. ¿Cómo es posible que se le de a una empresa un edificio como el del Banco de España así porque sí? Pues porque se puede. Y es a lo que voy: que no digo que no se pueda, sino que es necesario regular este tipo de negocios para que no se conviertan en timos. ¿Cómo? Mediante una Ley de Mecenazgo que defienda la validez de estos negocios. Recuerdo lo dicho antes: para que sea un negocio tienen que salir ganando las dos partes. Y yo no sé si los ciudadanos vamos a salir ganando o no algo con este negocio. Nos dicen que sí, pero no lo sabemos. No voy a desconfiar de nadie, ni de El Diario Montañés, ni de Lassalle, ni del propio empresario, pero preferiría no tener que andar confiando o desconfiando, preferiría dejar lo personal para la hora del café, preferiría, en definitiva, tener en la mano un documento legal que me dijera a qué nos tenemos que atener todos: ciudadanos, políticos y empresarios.

El Reina Sofía dice que el Archivo Lafuente no va a ser una sucursal, pero en el autobús urbano de Santander pasan un reportaje en el que dan por hecho que sí lo va a ser.



¿A quién tenemos que creer? ¿A unos sí y a otros no? ¿Cómo puedo saber quién es quién? ¿Será mejor que no confiemos en nadie?

Ni idea.

A río revuelto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No imagino cuál sería el contenido concreto de esa ley de mecenazgo que propones. ¿Puedes indicar algunos puntos, para hacerme una idea?
Tampoco tengo clara la relación que estableces entre el Centro Botín, Lafuente y la citada ley. ¿Se fijarían en ella las condiciones urbanísticas de los museos hechos por fundaciones o empresas privadas y los acuerdos de colaboración entre aquéllas, éstas y las administraciones públicas? ¿Afectaría a las leyes que regulan las fundaciones o se solaparía de alguna manera con ellas?
Por otra parte, según declaró Lasalle, la ley de mecenazgo se ha hecho, aunque no con ese nombre:
"Si queremos entrar en batalla de nominalismos, podemos hacerlo", ha señalado. En este sentido, ha aclarado que la ley es "básicamente" la presencia de incentivos fiscales. "Si no hay incentivos que impliquen deducciones sobre el impuesto de la renta o de sociedades sería filantropía o altruismo, pero no mecenazgo", ha apuntado.
Por ello, ha señalado que irá subsumida en la reforma fiscal, porque implica tocar impuestos y eso le compete al Ministerio de Hacienda. Además, ha agregado que se tramitará desde el Ministerio de Justicia la facilitación de la creación de fundaciones, lo que supondrá un "paquete de transversalidad de la legislación del mecenazgo".
(Declaraciones en Infolibre del 29/09/2014)

Serrón dijo...

La clave está en que si a alguien le mueve el beneficio social, muchas gracias, que ponga dinero donde más se necesita (por ejemplo en la red de bibliotecas municipales, en la BCC o en el Centro de Estudios Montañeses) y no donde a él le interese; y si por el contrario lo que le mueve es su interés personal, completamente legítimo, es fundamental que podamos determinar qué le damos a cambio de qué nos da, sin que estemos obligados a aceptar acríticamente lo que sea, ni nosotros ni nuestros representantes (el alcalde ha admitido que el Archivo Lafuente le llegó amarrado a la antigua sede del Banco de España desde Madrid). A estas alturas pensar que no nos interesa lo que es nuestro es además de insultarnos, engañarnos.

Arrebatar la sede a un museo público para dársela a una empresa no me parece buen negocio, sinceramente.

Ocupar un espacio público de primer orden para que una empresa ponga su sede, tampoco.

Por lo pronto, hemos comprobado que lo que va a ir al Banco de España no es un mero depósito documental pensado para nutrir exposiciones.

Y del Centro Botín, ¿alguien está enterado de la programación prevista o a qué va a ir realmente destinado?

La Ley de Mecenazgo entiendo que debería servir para poner orden cuando el interés es personal y no social: cuando alguien se quiere beneficiar (se sobreentiende que legítimamente) de su implicación en lo público. Es entonces cuando deberíamos tener una Ley en la que confiar.

Anónimo dijo...

La programación del Centro Botín será, lógicamente, la que determine su dirección artística, desempeñada por Benjamin Weil, junto a la Comisión Asesora de Artes Plásticas, que preside Vicente Todolí y está formada por Paloma Botín, Manuela Mena, Udo Kittelmann y María José Salazar. Ya se sabe quién será encargado de la exposición inaugural. Además de las exposicionews temporales, el Centro contará con los fondos acumulados por la Fundación Botín. En cuanto a qué va a ir realmente destinado, a menos que haya una agenda oculta, parece que está bastante claro y que no será muy diferente de otros museos o centros de tendencias estéticas similares.
En cuanto a la Colección Lafuente, no sé qué quiere decir que no es un mero depósito documental pensado para nutrir exposiciones. Mi idea es que se tratará de una colección de objetos y documentos, prte de ellos en exposición y otros consultables, pero es una conclusión que he sacadao de las informaciones publicadas, y norecuerdo ninguna explicación directa.
Sigo sin ver claro cuál sería el contenido específico de esa ley de Mecenazgo que propones y que al parecer no coincide con lo elaborado por Lasalle.

Serrón dijo...

Lógicamente, sí, la agenda del Centro Botín será la que determinen ellos, como todo lo demás. A eso precisamente voy, no sé si te has dado cuenta.

Respecto al Archivo Lafuente pensaba que sí pero es que no: a día de hoy no sé qué es. Pero siendo malo que un vecino de a pie como yo no sepa lo que va a pasar en el centro de su ciudad, peor es que probablemente tampoco lo sepa ni su alcalde ni su presidente de gobierno autonómico, si me apuras. De eso precisamente trato aquí.

Por último, respecto a tu insistencia en el articulado concreto de la Ley de Mecenazgo, no es eso de lo trato aquí. Lee con atención.

Si te interesa un articulado concreto, te puedo pasar el contacto de un par de amigos muy buenos en lo suyo pero en el paro. Seguro que ellos te pueden ayudar mejor que yo.

Yo te podría ayudar en otros temas, pero no en la redacción de una ley. Reconozco que algún borrador de preámbulo me ha tocado escribir, pero de refilón y sin mucha miga. Así que nada.

Aprovecho y pregunto: ¿El Archivo LF es una sucursal del MNCARS o no? ¿Qué opinas/opináis?

Anónimo dijo...

La palabra sucursal suele aparecer en las noticias entrecomillada. El MNCARS no contempla la posibilidad de tener sucursales. En todo caso, sería un acuerdo de colaboración, una cesión de fondos no propios, sino en depósito a otra entidad, Santander, y así figuraría. Desde luego, no sería nada parecido a lo que últimamente están haciendo otros museos (Louvre-Lens, Pompidou-Metz, Pompidou-Málaga...). De todos modos, creo que no tiene demasiada importancia. Lo curioso es que en el origen del asunto parece ocupar un papel importante la donación (no un simple depósito temporal con opción a compra como en el caso Lafuente) de la colección de Soledad Lorenzo al Museo, que ahora tiene problemas de espacio y poco interés por los objetos del industrial quesero, en mi nada modesta opinión, una colección sobrevalorada y poco atractiva para el turismo cultural.

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