viernes, 20 de junio de 2014

Gatu terráquiu, montañesismos, sarru, barru y tablas enos suelos de las casas, cebollas, cuartos de sala sin balcón, una casa llana por dentru, huertas, cucinos de piedra y zarzos

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Gatu terráquiu.



Nu son asina del tóo. Ésti tien las patas y la panza blancos. Los gatos montañeses son enteros atigráos (o apedresaos). Dicíamos un paisanu que paez cumu si tolos muestros animales duendos tendieran al gris: las vacas, los gatos, las gallinas, etc.

La que sal ena fotu es Raquel. Estamos siguros de que si llegan a estar Hugo y Gisela con nós, se lu llevan a casa.

(2)

- Peblatu: mechón cano. Quizá relacionado con el ast. pellatu, "trapu, porción [de nieve de les que cayen al nevar]".
- Ofender: que hace daño, por ejemplo el sol en una persona pálida ("con mi piel, me ofende mucho el sol", p.e.)
- Rayar: el sol en las cosas (en un dintel, por ejemplo, haciendo destacar un grabado hecho a punta de navaja, o en una finca, haciendo destacar el perfil de un antigo muro enterrado: "mira como raya el sol en esta parée, qué guapu jaz" p.e.)
- Goteral: en Escobedo, al menos, lo mismo que significa goterás en Carmona, que ya he explicado en este blog en otras ocasiones.
- Trenca: parecido a un listón de grandes proporciones. Tiene paralelismos en asturianu y castellano, al menos.

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El sarru brilla.




Ena sobrepuerta de la puerta (de quiciu) de una cucina carmuniega.

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La planta baja de las casas solía ser de barro prensado (no sé cómo lo harían, ¿pisando?). Son suelos frescos, que no húmedos, y suaves. Cuando se pisa se nota mullido. Imagino que con escarpines sea muy agradable. La superficie es irregular. Se barre bien, no se descompone.

En el piso superior, con suelos de tabla, tabla muy pulida por el uso, de castaño, las cabezas de los clavos se remachaban bien (se metían bien para adentro) para que no se trabaran con los escarpines. No se podía calzar otra cosa. Las tablas se cuidaban mucho, estaban siempre muy brillantes. Uno de los personajes del último Manuel Llano, un cacique, calza borceguises (borceguíes) en el piso de arriba, con suelo de tablas; con ello el autor está transmitiendo un mensaje en clave local: este personaje no respeta las normas, lo que entre paisanos significa que no es de fiar.

Las tablas del piso superior se ponían una detrás de otra, es decir, no una al lado de la otra, no arrimadas por el lado largo, en paralelo, sino por el lado corto, a lo largo. Cuando se estaba poniendo el suelo a una casa, se terminaba una fila y se acometía la siguiente, así hasta llegar a la pared de enfrente (las filas iban en perpendicular a la fachada). Se procuraba que todas las tablas tuvieran el mismo grosor. La última fila podía tener tablas más delgadas; era ésta, la última fila, una fila de ajuste, podríamos decir. De todas maneras, me sorprendería que las casas no tuvieran una anchura que de alguna manera negociara con la anchura de las tablas, que a su vez algo tendría que ver, estoy por asegurarlo, con el tamaño de los castaños presumibles de ser talados. La norma general es que todo está interrelacioando, no lo olvidemos. Las tablas de castaño de los suelos de los pisos de arriba no iban a ser una excepción. En cualquier caso, en contra de la hipótesis que acabo de lanzar (que los castaños seleccionados para hacer de ellos tablas, tablas con unas determinadas características, estuvieran relacionados de alguna manera con el ancho de las casas), yo mismo he visto cómo una de las filas pegadas a una de las paredes de la sala de una casa montañesa estaba compuesta por tablas más delgadas que las del resto de la estancia, por lo que mi hipótesis, ya de partida, no responde 100% a la realidad. Es solo una sospecha, la de la interrelación anchura de la casa > tablas > árboles, que me ha surgido a la vista de cómo encaja todo como un reloj, normalmente.

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Las cebollas exigen limpieza mientras crecen. Es por eso que se plantan de a cuatro, para poder llegar bien a ellas y poder quitar las malas hierbas. Luego ya no hay que limpiarlas tanto. Las cebollas en las huertas tienen un orden predeterminado. El resto de productos de huerta estoy seguro que también (el resto de hortalizas, porque entiendo, y perdonad mi ignorancia, que hortaliza viene del latín hortus, o sea, que las hortalizas son, al menos etimológicamente, los productos de la huerta).

Por cierto, que un paisano de Lamasón me dijo una vez que allí los viejos comían los guisos echando cachucos de una cebolla de pequeño tamaño que él consideraba autóctona. Se lo comenté a mi madre y me dijo que mi abuelo comía las lentejas echando cachos de cebolla.

¿Qué cebolla será ésa masoniega? ¿Qué forma de comer los guisos será ésa de echar cebollas?

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El cuartu de la sala suele ser el mejor cuarto de la casa. Si la casa hace esquina y es potente, este cuarto es frecuente tenga una ventana lateral. Normalmente esta ventana lateral del cuartu de la sala está enmarcada con sillería. Estas ventanas, nos dice un vecino, tenían por dentro asiento. La foto está tomada en Barcenillas.



A continuación foto de balcón (o correor en la cuenca alta del Saja y el Nansa) y solana (que no son lo mismo, como se puede comprobar) en la misma casa de Barcenillas (que lo tiene todo):



La siguiente foto está tomada en Carmona. Hay ventana lateral y hay sillería, es decir, hay cuarto de prestigio, pero no hay balcón. Es probable que nunca lo tuviera porque el pecho de paloma sobresale poco (los esquinales tienen apariencia de ser antiguos) y porque el pecho de paloma del otro extremo, que no se ve en la foto, no está alineado con el que sí se vé. Misterio.



En defintiva, parece que puede haber cuartos de prestigio: en el lateral del cuartu de la sala, con o sin balcón (sin balcón solo conocemos este caso carmuniegu), y en las casas más antiguas, en cuyo caso el cuarto de prestigio parece estar arriba y atrás (lo hemos visto desde fuera solo en dos casas, una de Valle y otra de Sopeña).

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Descripción somera de interior de casa llana en Lamiña: portal amplio, huella de cuarto del portal a la derecha y cuarto de portal todavía en pie a la izquierda. En la fachada dos puertas: la derecha para cuadra y pajar (con bocarón) y la izquierda para vivienda. Dintel recto (no el más antiguo, teóricamente). Entramos en la vivienda: pared de separación con la cuadra a la derecha, hasta el fondo. A la izquierda, en la fachada, por dentro, restos de cucina de pusiega o de suelo. Encima, puviseru hecho de zarzu (entretejido de varas de avellano) para secar / ahumar alimentos. En el jastial de la izquierda, el jastial libre (sin casa adosada), dentro del espacio acotado por o que coincide con el puviseru, un ventanu. Donde termina el puviseru, hacia dentro de la casa, una viga que va de la pared que separa vivienda y cuadra hasta el jastial de la izquierda. Pegada al jastial de la izquierda, ya en este segundo espacio, la escalera. Es de tablaú para que no suban los animales. Tras la escalera, otra viga de pared a pared. Desde esta viga hasta el fondo, otro espacio, el tercero, con un ventanu en el jastial izquierdo y otro en el centro de la pared del fondo. Rayando la pared del fondo, una última viga de pared a pared aguantada por postes. Los tres ventanos están a la altura de la planta baja. La planta baja de la vivienda está, así pues, dividida en "dos por tres" espacios básicos: los dos primeros son derecha e izquierda (derecha es el espacio tendido hasta el fondo, a modo de pasillo amplio, e izquierda es el que contiene los otros tres) y los tres que se suceden en el espacio de la izquierda mentado, a saber: cucina, escalera y ¿cuadra al fondo? En la parte de arriba, todo tablas salvo el espacio situado encima de la cucina, el puviseru.

Probablemente haya habido muchos cambios a lo largo del tiempo: cambios provocados por la aparición del cuartu del portal (¿cómo afectaría este cuarto exterior a un hipotético cuarto interior, si es que lo había?), la añadición de la cuadra (si es que no estaba como la conocemos hoy desde el principio), etc.

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Muchas huertas en Cabuérniga (entiendo que huertos, con ese masculino, se reserva para huertas de menor tamaño) se emplazan delante de las casas. Y lo hacen como células autonómas. Así en la foto que pongo a continuación, en Barcenillas. Son innumerables los casos.



Entre la hilera de casas y la huerta, la corraliega (formada por la sucesión de corrales, como indica su sufijo). El antozañu (denominado así al menos en el Nansa) se acumulaba en la corraliega y cuando llovía fuerte se abría la puerta de la huerta para que entrara y enriqueciera el suelo.

En algunas casas, generalmente las más antiguas, casas independientes, hay como un pequeño prado en la parte trasera de las casas, un prado cercado con piedra en seco, un cierro al que se accede, normalmente, por una portilla pegada a la casa, en un lateral, aunque la casa también pueda tener acceso directo desde dentro (imagino que desde la parte de la cuadra, caso de ser una casa dividida en vivienda y cuadra). Es así, por ejemplo, en una casa llana fantástica fechada a comienzos del s. XVII que hay en el pueblo de Valle.

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Cucinu (onde comin los marranos) de piedra:



Fotu jecha en Lamiña.

En Lamiña hay un jornu n´una socarrena que tien unu d´estos cucinos al láu. Esti "hermanamientu" ente jornu y cucinu de piedra mos jaz cudar qu´esti tipu de cucinos pudían sirvir tamién pa llenase d´augua y mojar n´ellos la trapa cona que s´esfregaba´l jornu.

Hemos visto jornos enos soberáos (p.e. en Bárcena Mayor), en socarrenas junta las casas (Lamiña) y jornos endependientis enos corrales de las casas (p.e. en Reneo).

(10)

Zarzu en la fachada de una casa de Carmona (la pared de la sala, con correor) y en el poviseru (o puviseru) de la cucina de una casa de Lamiña.



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