lunes, 24 de febrero de 2014

Muñecos de madera montañeses y escultura de vanguardia finlandesa

Hace unos meses estuve en el museo abierto en el pueblo de Valle, en Cabuérniga. En la última planta hay una muestra de objetos muy potentes que están, lamentablemente, descontextualizados. Es un problema común a muchos museos: no sabes lo que estás viendo.

Recuerdo que un conocido galerista santanderino me dijo que él no estaba para enseñar a nadie, que se viene aprendido de casa, que él está para vender. Bueno, él sabrá. En todo caso, ahora estamos hablando de un museo, que se supone tiene un compromiso con el aprendizaje. Debería, al menos.

En esta muestra un tanto caótica de objetos destaca un muñeco hecho de un tronco de árbol. Es un muñeco basto, hecho con un hacha o similar, pero con sutileza, no con detalle pero sí con cuidado. Se muestra desnudo, aunque, al parecer, estos muñecos hechos de un solo taco de madera se solían vestir, no sé muy bien cómo ni con qué. 

No tengo foto, lo siento. Es realmente impresionante. El museo merece una visita aunque solo sea por verlo.

Cabe decir que este muñeco es tradicional, o sea, que no se debe a un artista local que le dió por ahí (aunque tampoco hubiera estado mal, pero en ese caso estaríamos hablando de otra cosa).

Leo aquí breve crítica a obra de artista finlandesa, Mia Amari, que dice lo siguiente:

"Armada con un cuchillo de acero con empuñadura de cuero, Mia Hamari (1976, Simo, Finlandia) trabaja incansable con una rama de la que caen de manera incesante unas virutas que se esparcen como copos por el suelo. Frágil de aspecto, la escultora sacude de vez cuando su larga melena para controlar que la madera caiga dentro de un círculo sobre el que se levanta una escultura que ha denominado Satu. Es una extraña criatura con tronco de mujer que se sostiene sobre una única pata aparentemente de caballo. En lugar de cabeza, solo se ve una larga melena que arranca del cuello y cubre parcialmente el pecho y los hombros. La escena ocurre en Forum Box, una de las 13 galerías procedentes de Finlandia, el país invitado este año en Arco."

"Entre otra media docena de figuras igual de inquietantes, Mia Hamari, que vive y trabaja en la Laponia finlandesa, explica que las suyas son esculturas que hablan de la infancia, de la fantasía y de la magia de sus primeros años. Orgullosa de trabajar la escultura de madera con el mismo entusiasmo que lo hacían sus antepasados, Hamari incorpora a sus piezas trocitos de bronce, huesos y pieles que a veces colorea. Intenta que el público participe de las imágenes que su imaginación ha recreado como si fueran parte de su pasado."

Foto:


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