viernes, 21 de junio de 2013

Mejor en tarrina, que es menos y más barato. Ah, y dos cucharillas

La última vez que lució el sol vi a Piñeiro, el de los papeles de Bárcenas (además de ex alcalde de Santander), comiéndose un helado aparcado en doble fila enfrente de Capri, o sea, en pleno Paseo Pereda, una de las vías arteriales de la ciudad, con dos cataplines, lametazo va lametazo viene, allí en mitad de la carretera, provocando un pequeño atasco, tranquilito su buen cuarto de hora. Hoy, que también ha asomado la nariz Lorenzo, he visto aparcar a un director general, también del PP (como todo aquí) y también en doble fila, comprar el consabido helado en Capri, subirse al coche y marchar conduciendo con una sola mano, con otros dos cataplines. Muy cataplinosos los dos. Por qué será que a mí no me gustan los helados. Por qué que tampoco tenga coche.

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