lunes, 24 de diciembre de 2012

Fin de la nochi

"En África, había conocido, desde luego, un tipo de soledad bastante brutal, pero el aislamiento en aquel hormiguero americano [Nueva York] cobraba un cariz más abrumador aún. Siempre había temido estar casi vacío, no tener, en una palabra, razón seria alguna para existir. Ahora, ante la evidencia de los hechos, estaba bien convencido de mi nulidad personal. En aquel medio demasiado diferente de aquel en que tenía mezquinas costumbres, me había como disuelto al instante. Me sentía muy próximo a dejar de existir, pura y simplemente. Así, ahora lo descubría, en cuanto habían dejado de hablarme de las cosas familiares, ya nada me impedía hundirme en una especie de hastío irresistible, en una forma de catástrofe dulzona y espantosa. Una asquerosidad."

Liendo esti párrafu del pantásticu Viaje al fin de la noche, de Céline, alcordeme de lo que me dicía un amigu carmuniegu sobre Santander: "no hay ónde posá-la vista". Y de las de mí madre en Madrid: "qué desiertu".

No hay comentarios:

Archivu del blog